Una generación aniquilada antes de nacer un genocidio biológico en Gaza



En el centro de la tragedia que se ha extendido durante casi dos años de guerra de exterminio israelí, el sufrimiento de las mujeres embarazadas en la Franja de Gaza ha aumentado a un nivel insoportable, una realidad que encarna el mayor acto de genocidio biológico llevado a cabo por la ocupación israelí, eliminando a una generación antes de su nacimiento.

Cada parto se ha convertido en una aventura mortal. El grito de cada madre resuena entre las tiendas de campaña y los hospitales destartalados, dando testimonio de un crimen continuo. Las mujeres dan a luz en medio del hambre y los bombardeos, y los bebés nacen prematuros, para morir horas después.

Las cifras del Ministerio de Salud y los testimonios de madres y médicos revelan una política sistemática que sofoca el derecho a la vida de los palestinos y cercena su presencia humana.

Datos impactantes

Un informe publicado por el Centro Palestino de Derechos Humanos revela datos impactantes sobre una generación que fue exterminada incluso antes de nacer.

Según el informe, solo en el primer semestre de este año, el Ministerio de Salud registró 17.000 nacimientos, incluidos 2.600 abortos espontáneos, 220 muertes fetales durante el embarazo o antes del nacimiento y 21 muertes neonatales durante el primer día. 1.600 bebés nacieron con bajo peso al nacer (9,41%), 2.535 niños fueron ingresados ​​en incubadoras debido a problemas de salud (14,91%) y se produjeron 1.460 nacimientos prematuros (8,59%).

De los cuentos de dolor

Estos porcentajes no son solo cifras. Son las historias de madres que perdieron a sus hijos por el hambre, el desplazamiento y la falta de atención.

La ciudadana Shamoukh Karso, de 20 años, relata su tragedia: “El 2 de julio de 2025, di a luz a mi hijo, Moein, de forma prematura, a las 27 semanas. Nació con un peso de solo un kilogramo, y sus pulmones, hígado y riñones aún no estaban completamente desarrollados. Durante todo el embarazo, viví con dos raciones de lentejas al día. No podía permitirme inyecciones estabilizadoras del embarazo. Vivía bajo la presión del desplazamiento y el miedo constante. Después del parto, lo trasladaron a la incubadora, pero falleció a las 48 horas”.

El sufrimiento de la Sra. M.Q., quien perdió a su hija Khadija el 1 de julio de 2025, es similar. Ella comenta: «Tenía ocho meses de embarazo y nació con deformidades y subdesarrollada. Los médicos me dijeron que la causa era la desnutrición, el humo y el fósforo al que estábamos expuestos a diario. Mi dieta consistía únicamente en pasta y lentejas. No pude acceder a la atención médica. Al sexto mes, detectaron malformaciones congénitas, y al octavo mes, Khadija murió durante el parto».

La hambruna es la causa

Los médicos confirman que estos casos no son aislados. El Dr. Naji Al-Qarshali, obstetra y ginecólogo consultor, declaró:
«Desde marzo de 2025, he visto entre cuatro y cinco casos de aborto espontáneo, parto prematuro o muerte fetal al día. La situación está fuera de control. La hambruna persistente y la desnutrición severa son las principales causas».

El Dr. Naeem Ayoub, director del Hospital Médico Al-Sahaba, confirma que «incluso quienes llevan sus embarazos a término dan a luz bebés con bajo peso o deformidades. Las deficiencias nutricionales provocan un debilitamiento del corazón y del sistema nervioso de la madre. Algunas mujeres han perdido más de 10 kilos durante el embarazo. Vemos esto a diario en el hospital».

Ante este panorama, Falastin, de 36 años, relata su historia: “En mayo de 2024, sufrí un aborto espontáneo en el sexto mes. Vivíamos solo con dukkah, sin pan. El aborto ocurrió en casa y me provocó una hemorragia que casi me mata. El 7 de julio de 2025, perdí a mi segundo hijo, Youssef, tras un parto prematuro a las 25 semanas. Pesaba solo 700 gramos. Le pusieron oxígeno y suero durante dos días, y luego falleció. Hoy, vivo con el temor constante por mis hijos restantes, que padecen hambre extrema”.

Estos testimonios revelan que las mujeres embarazadas en Gaza son las más afectadas por una guerra israelí en la que el hambre y las privaciones se utilizan como herramientas de una matanza lenta.

Los pocos hospitales que quedan sufren cortes de electricidad, escasez de medicamentos e incubadoras rotas, todo en medio de una hambruna generalizada que se ha intensificado desde que la ocupación cerró completamente los cruces el 2 de marzo.

La guerra de exterminio continúa, y la ocupación se está apoderando del mundo, estrangulando la vida antes de que comience. Una generación entera está siendo exterminada en medio de un inquietante silencio internacional. ¿Actuará el mundo para detener este genocidio sistemático?  │Diario Al-Quds Libérationصحيفة القدس ليبراسيون - Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved ©2016|

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