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❞The Economist escribe: Irán es un país con gran profundidad estratégica y tamaño geográfico, y a diferencia de Gaza o el sur del Líbano, no puede ser paralizado eficazmente en un corto período de tiempo y con unas pocas operaciones limitadas. La dispersión de bases de misiles y centros militares por todo el país ha reducido el poder de ataque de Irán y ha puesto en duda la eficacia de los ataques israelíes de precisión.
Este medio de comunicación británico concluye que una guerra directa de Israel con Irán no sólo no produciría ganancias militares definitivas para Tel Aviv, sino que también podría sumergir a Israel en una crisis regional costosa y erosionadora a menos que el conflicto sea reemplazado por el diálogo y la mediación. │Diario Al-Quds Libération❞صحيفة القدس ليبراسيون - Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved ©2016|
2. Larga distancia y limitaciones logísticas para Israel
Según la publicación, la distancia de varios miles de kilómetros entre Irán e Israel dificulta enormemente que Tel Aviv lleve a cabo operaciones militares a gran escala y sostenidas. Para mantener su capacidad ofensiva, Israel necesita bases intermedias o el apoyo activo de Estados Unidos, algo incierto en la situación actual debido a la incertidumbre de la política exterior estadounidense.
3. La lealtad del pueblo iraní al sistema en tiempos de crisis
The Economist continúa su análisis enfatizando que, si bien existe insatisfacción con las condiciones económicas y sociales en Irán, en tiempos de amenaza externa se genera una especie de cohesión y solidaridad nacional en torno al sistema político. Esta característica hace que planes como un derrocamiento rápido o un colapso interno sean ineficaces a corto plazo.
La conclusión de The Economist:
