Año:9 Nº:1454
20 de Safar de 1447 AH 14/08/25
.

14.º aniversario de masacre perpetrada por Breivik, un nazi que ama a Israel



¡Qué oportuno fue Anders Behring Breivik! Vaya, uno pensaría que las masacres ocurren al azar, producto de mentes perturbadas sin mayor contexto político, pero este señor nos dejó una joya de sincronía histórica.

Por Alberto García Watson

El 22 de julio de 2011, mientras el gobierno de Noruega se preparaba para dar un paso que, en teoría, muchos valientes del "mundo libre" deberían aplaudir, reconocer al Estado palestino, apareció este caballero rubio, de ideología neonazi, pero con corazón sionista, a repartir plomo entre adolescentes como si estuviera salvando al mundo occidental de una invasión islámica que sólo existe en su cabeza… y en ciertos “Think Tanks” de Washington o Tel Aviv.

Breivik, el autoproclamado salvador de Europa, mató a 77 personas, en su mayoría jóvenes del Partido Laborista Noruego, para “defender” los valores occidentales. ¡Qué valiente cruzado moderno! Pero no cualquier cruzado: uno que, además de aborrecer al Islam, encuentra en el sionismo un aliado ideológico. Porque claro, cuando tu mayor temor es la mezcla cultural y el multiculturalismo, ¿quién mejor que el Estado que ha hecho de la segregación un arte político?

Sí, porque Breivik, además de neonazi, es abiertamente sionista. Una contradicción, dirán algunos. Pero no para la lógica retorcida de la islamofobia moderna. En su “manifiesto”, Breivik elogia a Israel como una muralla de resistencia contra el Islam, al tiempo que llora por la pureza cultural europea. ¿Racismo aliado con más racismo? ¡Quién lo habría imaginado!

Y mientras Noruega enterraba a sus hijos, el entonces primer ministro Jens Stoltenberg, víctima directa de ese terrorismo fascista, hablaba de más democracia, más apertura, más tolerancia. Bonitas palabras.

Pero luego, ¿qué hizo este adalid del humanismo cuando llegó a ser secretario general de la OTAN? Pues, por supuesto, apoyar con entusiasmo y millones de euros a grupos neonazis en Ucrania. Porque parece que el problema con Breivik no fue su ideología, sino su puntualidad. Si hubiese esperado unos años y cambiado de uniforme, hoy tendría un despacho en Kiev.

¡Ironías del destino! El hombre que sufrió el terrorismo neonazi en casa terminó armando y respaldando a batallones con esvásticas en el Este europeo. Porque claro, si los nazis de ahora disparan hacia Moscú y no hacia Oslo, entonces son “combatientes por la libertad”, (a pesar de llevar el Mein Kampf en la mochila).

¿Y Palestina? Ah, sí. Aquel Estado que Noruega iba a reconocer en 2011… y que finalmente reconoció en mayo de 2023. Solo tardaron 12 años, decenas de miles de muertos, destrucción total en Gaza, incontables asentamientos ilegales en Cisjordania y un genocidio transmitido en vivo. Porque Noruega, tan prudente, necesitaba su tiempo. Ya se sabe, no vaya a ser que otra masacre doméstica interrumpa el calendario diplomático.

Pero bueno, al fin lo hicieron, ¿no? ¡Felicidades! Un aplauso para la diplomacia nórdica, tan elegante, tan aria, tan correcta. Reconocieron a Palestina cuando ya era casi arqueología, cuando los niños muertos se contaban por miles y la comunidad internacional miraba con un bostezo indiferente. Pero no importa: lo simbólico es lo que cuenta, aunque llegue tarde, aunque llegue manchado de sangre.

Y mientras tanto, Breivik sigue en su celda de lujo, escribiendo cartas y presentando demandas porque su Playstation no tiene juegos nuevos. El asesino nazi-sionista que trató de torcer la historia a balazos no lo logró del todo. Pero sus ideas, esas sí siguen vivitas y coleando, disfrazadas de "preocupación por la seguridad", "defensa de los valores europeos" o "lucha contra el extremismo", aunque curiosamente, siempre en una sola dirección.

La historia oficial dirá que Breivik fue condenado y que su masacre no detuvo nada. Pero la historia real es más turbia, su mensaje fue absorbido, reinterpretado y en parte, institucionalizado por quienes se autodenominan defensores de los valores democráticos.

Porque en este circo occidental, a veces los payasos llevan uniforme, a veces corbata, y a veces, como Breivik, simplemente un fusil y muchas ganas de “salvar al mundo”.


Biografia: Alberto García Watson es un comunicador y analista internacional reconocido por su compromiso con la causa palestina. En 2011, participó en la Segunda Flotilla de la Libertad a Gaza y posteriormente sirvió como escudo humano en la Franja de Gaza, colaborando con el Movimiento de Solidaridad Internacional (MSI) para proteger a agricultores y pescadores afectados por los ataques israelíes en el territorio asediado.

Desde 2013, García Watson ha sido analista habitual de PressTV y su homólogo en español, HispanTV. De 2014 a 2015, trabajó como corresponsal de HispanTV en el Líbano.

Durante la última década, García Watson ha sido ponente en numerosas conferencias sobre los problemas de Palestina, Líbano y Siria. También es un reconocido experto en el conflicto de Ucrania y colabora frecuentemente como comentarista en medios rusos.

Alberto García Watson es también columnista de medios digitales tanto españoles como internacionales, expresando constantemente una postura inequívocamente antiimperialista y antisionista.



Diario Al-Quds Libérationصحيفة القدس ليبراسيون - Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved ©2016|

About .