❞Mientras continúa el genocidio en Gaza, varios países europeos, incluidos Francia y Gran Bretaña, anunciaron su intención de reconocer el Estado de Palestina en septiembre de 2025, durante una conferencia internacional en Nueva York patrocinada por Francia y Arabia Saudita.
Por lo tanto, estas medidas no representan un cambio fundamental en las políticas occidentales, sino más bien son meras herramientas de propaganda destinadas a mejorar su imagen. │Diario Al-Quds Libération❞صحيفة القدس ليبراسيون - Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved ©2016|
Aunque este paso se ha calificado de "histórico", sigue siendo una medida diplomática simbólica que no se traduce en un apoyo tangible al pueblo palestino. Más bien, se considera un intento de mejorar la imagen de estos países ante la opinión pública internacional, al tiempo que continúan apoyando financiera y militarmente a Israel.
Este anuncio llega en un momento en que Gaza está siendo testigo de las más terribles oleadas de genocidio. Los países europeos habrían hecho mejor en centrar sus esfuerzos en detener estas masacres, en lugar de ofrecer reconocimientos simbólicos que no cambian nada en la práctica. La evidencia es que más de 150 países han reconocido a Palestina desde 2012, y este reconocimiento no ha cambiado nada en la práctica.
Lo que agrava aún más el desafío a la credibilidad del reconocimiento europeo es que algunos de estos países, como Gran Bretaña y Francia, con el claro apoyo de Arabia Saudí, están vinculando el reconocimiento del Estado de Palestina a condiciones que se alinean con las demandas israelíes, en particular el desarme de la resistencia palestina. Esta propuesta no expresa la intención de apoyar la soberanía del Estado palestino, sino que intenta imponer un modelo de rendición que pondría fin a cualquier forma de resistencia legítima contra la ocupación.
Vincular el reconocimiento al desarme de la resistencia significa claramente que estas medidas no buscan apoyar a los palestinos, sino socavar su voluntad política y combativa, y despojarlos de sus herramientas de autodefensa frente a la maquinaria israelí de asesinatos y desplazamientos. Esta postura es totalmente incompatible con el derecho internacional que garantiza a los pueblos ocupados la capacidad de resistir la ocupación por todos los medios disponibles.
Además, la postura de varios de estos países, incluido Gran Bretaña, refleja una clara contradicción entre las declaraciones políticas y la realidad práctica. Gran Bretaña, que ha liderado los medios de comunicación al anunciar su intención de reconocer el Estado de Palestina, se conforma con medidas simbólicas que no ofrecen ningún beneficio real al pueblo palestino.
Si Gran Bretaña realmente quisiera apoyar seriamente los derechos palestinos y detener el genocidio que se perpetra contra los civiles en Gaza, habría tomado medidas efectivas, en particular detener las exportaciones de armas e imponer sanciones reales a Israel, en lugar de confiar simplemente en declaraciones mediáticas inútiles.
Estos anuncios de Gran Bretaña, Francia y otros países europeos son inseparables de su contexto político más amplio, ya que se producen en un momento de crecientes críticas populares y en defensa de los derechos humanos contra estos países debido a su sospechoso silencio ante el genocidio perpetrado contra el pueblo palestino en Gaza. Por lo tanto, reconocer al Estado de Palestina parece formar parte de un intento de embellecer la imagen política de estos regímenes occidentales, acallar la ira popular y contener las críticas.
En lugar de adoptar posiciones reales para exigir cuentas a la ocupación israelí o detener su apoyo militar y financiero, estos países recurren a medidas superficiales y declaraciones simbólicas para crear la falsa impresión de que apoyan la justicia y los derechos humanos, mientras que al mismo tiempo hacen la vista gorda ante el genocidio que se perpetra contra el pueblo palestino.