El desarme de las fuerzas palestinas en los campamentos del Líbano



La cuestión del desarme de las fuerzas palestinas en los campamentos del Líbano está circulando en círculos palestinos y libaneses en medio de los rápidos acontecimientos observados recientemente, en particular la visita del Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas a Beirut y las posteriores medidas de seguridad y decisiones organizativas, que han planteado preguntas sobre el futuro de los campamentos palestinos y la posición de las diversas fuerzas dentro de ellos.

Visitas oficiales y capacitación sobre el terreno

La visita de Abbas al Líbano fue precedida por una visita de una delegación de seguridad de la Autoridad Palestina, que mantuvo reuniones con funcionarios libaneses para discutir los pasos, fases y calendario para retirar las armas palestinas de los campamentos.

Según fuentes bien informadas, el gobierno libanés, en coordinación con la Autoridad Palestina, fijó las fechas de la operación. Sin embargo, poco después, Ramallah tomó decisiones de despido dirigidas a destacados funcionarios palestinos en el Líbano.


Entre los despedidos más destacados se encontraba el embajador palestino en el Líbano, Ashraf Dabbour, quien fue relevado de sus cargos políticos y organizativos, junto con varios funcionarios del Servicio de Seguridad Nacional de Fatah. Esto generó especulaciones sobre un cambio en la gestión de la situación palestina en el Líbano.

Cambios repentinos y preguntas legítimas

Estos cambios han llevado a los observadores a preguntarse si la Autoridad Palestina está tratando de reestructurar la gestión de los campamentos, alejándose del marco participativo que anteriormente incluía a las facciones de la OLP, la coalición y las fuerzas islámicas.

En este contexto, el investigador político palestino Dr. Fouad Bakr dijo que la gestión del archivo de armas estaba entre las tareas del Embajador Dabour y se llevaba a cabo en coordinación directa con Ramallah.

Añadió que "cualquier medida unilateral de la Autoridad Palestina en materia de desarme sin un amplio consenso nacional constituiría un grave desafío político y de seguridad y podría conducir a la erosión de la unidad nacional palestina".


Bakr señaló que «existen diferencias fundamentales entre el movimiento Fatah, por un lado, y la Autoridad Palestina y la OLP, por otro. Dentro del propio Fatah, hay voces que se oponen a la actuación de la Autoridad».

Proyecto de Policía del Campamento: Preocupaciones y Desacuerdos

Respecto del creciente debate sobre un proyecto de "policía de campamento" que aseguraría los campamentos después del desarme, Bakr explicó que el proyecto todavía está en discusión y aún no se ha decidido por consenso.

Subrayó que existen preocupaciones legítimas entre los refugiados sobre la naturaleza del papel de esta "policía", especialmente si opera bajo un paraguas de seguridad controlado por Ramallah.


Bakr afirmó: «El modelo de Cisjordania no puede aplicarse a un entorno político y de seguridad tan diferente al del Líbano. Por lo tanto, la naturaleza única del escenario libanés debe respetarse y abordarse según sus propios términos».

Un país que aborda el realismo

El investigador político libanés Ali Ibrahim cree que el Estado libanés todavía trata a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como el representante oficial de los palestinos, pero es consciente de la realidad de los campamentos y su equilibrio.

Ibrahim afirmó: «A pesar del reconocimiento internacional de la organización, la realidad sobre el terreno exige lidiar con fuerzas activas como Hamás y la Yihad Islámica, que poseen influencia y poder dentro de los campamentos. Esto impulsa a las autoridades libanesas a adoptar una política de realismo práctico, involucrando a estas fuerzas en acuerdos de seguridad sin otorgarles la condición de socios oficiales».

Advirtió que limitar el diálogo a un partido que no represente a todas las fuerzas podría profundizar la marginación y aumentar la tensión dentro de los campamentos.

No a la toma de decisiones unilateral

Por su parte, el activista palestino Mohammed Abu al-Qasim expresó su rechazo a lo que describió como "autoritarismo político" en la gestión del campamento, enfatizando que cualquier gestión debe ser colectiva y acordada por las distintas fuerzas.

Abu al-Qasim afirmó: «Es inaceptable que una de las partes monopolice la decisión de gestionar los campamentos. Esto generará desequilibrios internos y abrirá la puerta a proyectos sospechosos que atacan la cuestión de los refugiados y su derecho al retorno».

Agregó: "Las preocupaciones están creciendo y lo que se requiere hoy es una postura nacional unificada que rechace la liquidación y proteja los campos de la manipulación".

La realidad de los campos hoy

Vale la pena señalar que hay 12 campamentos palestinos oficiales en el Líbano, hogar de aproximadamente 248.000 refugiados palestinos, distribuidos en varias regiones libanesas de norte a sur, incluidas Bekaa y Baalbek.

En la actualidad, los campamentos están gestionados por el Comité de Acción Palestina Conjunta, que incluye representantes de diversas facciones nacionales e islámicas.

Sin embargo, crecen las preocupaciones sobre el destino de esta administración conjunta, con las medidas de la Autoridad Palestina y las indicaciones de la posibilidad de imponer un nuevo modelo administrativo y de seguridad, lo que está siendo recibido con amplias reservas palestinas en el Líbano.
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