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El primer ministro de la ocupacion israelí, Benjamín Netanyahu, busca un compromiso escrito del gobierno estadounidense que le permita reanudar la guerra en la Franja de Gaza en medio de negociaciones para un alto el fuego y un intercambio de prisioneros. Esta visita coincide con su actual visita a Washington, que pretendía ser una "gira de la victoria" tras la guerra contra Irán. La visita está llegando a su fin con poca publicidad mediática y resultados anunciados.
El periódico Haaretz informó el jueves que la agenda de Netanyahu no incluía "ningún desarrollo dramático", a pesar del hecho de que había citado al jefe de Inteligencia Militar y al jefe del Mossad hace unos diez días, acompañándolos al Tribunal de Distrito de Tel Aviv para presentar evaluaciones confidenciales a favor de posponer su juicio por corrupción.
El periódico señaló que Netanyahu visitó varias ciudades de Israel durante la primera semana de julio y, en la segunda, se dirigió a Washington. Su visita generó dudas debido a la coincidencia con un receso del Congreso y la falta de reuniones significativas. Esto llevó al periódico a describir sus reuniones con miembros del Congreso como "breves y de escasa relevancia".
En cuanto a las reuniones con el presidente estadounidense Donald Trump, Haaretz las describió como "carentes de contenido". Señaló que la primera reunión, inicialmente programada a puerta cerrada, fue repentinamente abierta por Trump a la prensa, pero no ofreció ninguna postura nueva durante la misma.
La segunda reunión fue completamente a puerta cerrada, y ni siquiera se permitió a los periodistas estadounidenses cubrirla. Trump no tuiteó al respecto y no se filtraron detalles. Netanyahu, en cambio, se limitó a publicar un video de "contenido débil" desde la casa de huéspedes oficial del presidente estadounidense, Blair House, según el periódico.
El periódico citó a una fuente que acompañaba a la delegación israelí, quien declaró: «Netanyahu quería una victoria triunfal (tras la guerra contra Irán), y la consiguió en la Casa Blanca». Sin embargo, el periódico señaló que la atención de la opinión pública estadounidense se desplazó rápidamente del problema iraní a los desastres nacionales, en particular el tiroteo masivo en Texas.
Sin embargo, el periódico señaló que hay "un entendimiento completo entre Israel y Estados Unidos sobre la cuestión iraní", y Washington expresó su deseo de reanudar las negociaciones con Teherán sobre la cuestión nuclear, a cambio de un entendimiento implícito con Israel que le permita atacar las instalaciones de producción de misiles balísticos iraníes si se reconstruyen.
En cuanto a Siria, Haaretz informó que no ha habido novedades destacables. Añadió que «Israel podría retirarse de las zonas cercanas a las ciudades sirias que ocupó en diciembre, pero se niega a retirarse de la cumbre del Monte Hermón». El periódico señaló que Netanyahu considera la cumbre «un activo estratégico israelí para siempre». Una fuente política de alto nivel, según el periódico, también evadió responder preguntas sobre la evaluación de Israel del nuevo régimen sirio.
Haaretz no descartó la posibilidad de que continúe la coordinación de seguridad entre Israel y el régimen sirio, con el patrocinio del Golfo, de forma no declarada. Añadió: «No parece que se vaya a hacer un anuncio oficial sobre las relaciones con Siria en un futuro próximo. Estados Unidos no está presionando a Israel y, desde su perspectiva, las partes harán lo que consideren oportuno».
En cuanto a las negociaciones en curso sobre Gaza en Doha, el periódico informó que el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, regresó de Washington a Florida y se prepara para viajar a Catar, pero la fecha de la visita aún no se ha fijado. Una fuente israelí declaró: «Netanyahu quiere un compromiso estadounidense por escrito que le permita volver a combatir en Gaza», lo cual utilizará para persuadir a los ministros Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir. Haaretz sugirió que Trump podría haber dado dicha promesa verbalmente, pero Netanyahu quiere que quede documentada.
El periódico afirmó que la cuestión central aún pendiente en las negociaciones de Doha se relaciona con las líneas de retirada de Gaza, específicamente la insistencia de Netanyahu en mantener el control israelí sobre la ciudad de Rafah con el fin de establecer la infraestructura para lo que describió como una "zona de concentración de población" que luego se utilizaría para empujar a los palestinos hacia Egipto.
Añadió: "Hamás rechaza esto, al igual que los mediadores", y que el asunto no se resolverá antes de que Witkoff llegue a Doha. Citando sus fuentes, el periódico afirmó: "Su llegada tardía preocupa a algunas partes, pero hay indicios de que las conversaciones siguen siendo serias y efectivas". El periódico concluyó: "Si no se llega a un acuerdo para el próximo domingo, esto indicará una disminución de la buena voluntad", señalando que "la pelota está ahora en el tejado de Estados Unidos y Witkoff".
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